domingo, 22 de febrero de 2009

Diálogos Incongruentes III



De: Johan Bush Walls


—¿Ya se enteró?

—No, todavía no, ¿de qué cosa?

—Del premio.

—¿Premio? ¿A quién se lo dieron?

—No sé, por eso preguntaba.

—Pues ojalá que no lo hayan otorgado todavía.

—¿Y si ya lo otorgaron?

—Le digo una cosa, nadie lo merece, ninguno ha hecho méritos suficientes, ¿no cree?

—Yo no sé, pero quizá haya alguno.

—¿Conoce usted a alguien? ¿No estará tratando de influir?

—¿Qué le hace pensar en eso?

—Su interés en saber quien lo ganó. Fue usted el que preguntó, a mí los premios me tienen sin cuidado.

—¿Le gustaría tener uno?

—¿Usted cree que me lo den?

—¿Por qué no? Cualquiera lo puede ganar.

—¿Está diciendo que soy un cualquiera?

—No, para nada, pero ¿espera usted que se lo den?

—Como le decía, los premios me tienen si cuidado, pero si me lo quieren dar, quizá sea porque lo merezco.

—Bueno, quizá haya otros que también lo merezcan.

—Ahora me está subestimando, ¿piensa que los demás son mejores que yo?

—La verdad, no los conozco a todos.

—Yo pienso que usted no quiere que me den el premio. Me tiene envidia, ¿verdad?

—Claro que no, creo que es cuestión de tiempo para que se lo den.

—En realidad no importa, ya le dije, me tiene sin cuidado.

—Que bueno, hace bien, no como esos que siempre lo andan pidiendo, me alegro que usted no sea así.

—El trabajo y la humildad, ante todo.

—Mire, aquí está la noticia, ya dieron el premio.

—¿Cómo? ¡Se lo dieron a él! ¡No puede ser!

Marito Vellosa

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